¿ Qué pasaría si "mi R o b l e" fuese el último R o b l e sobre la tierra ?
Estoy segura que mi Roble invitaría a todos a
visitarlo.Los recibiría con cariño y
les brindaría una estadía, que si no larga, sí sería la más placentera y pacífica
que alguien haya experimentado.Estando a
su lado uno tendría la capacidad de ver el mundo como realmente es: un paraíso
maravilloso donde todos podrían ser felices y disfrutar de lo que la tierra
ofrece a sus habitantes y, en lugar de destruir o dañar los recursos naturales,
los trataran de forma que perduraran el tiempo que les fuese dado por la
naturaleza.El estar a su sombra
despertaría un gran amor hacia todo ser vivo y al tocar su corteza, en lugar de
parecer áspera, se sentiría como una suave y mágica superficie.Al mirarla, gracias a su energía, la vista
podrá traspasarla y ver todas sus capas interiores, confirmando los años que
lleva de pie, resistiendo las inclemencias del tiempo, aguantando temperaturas
a veces insoportables para los seres humanos. Visualizarían entonces todos los
momentos alegres de quienes tuvieron la dicha de descansar a su lado.
Todos podrían tener la seguridad de que el solo
hecho de estar cobijado por su sombra durante unos minutos, sería suficiente
para recibir la paz y el conocimiento que éste les infundiría.Serían el equivalente a muchos años de
aprendizaje, así que bastaría una sola visita. Llegar a él sería una
experiencia indescriptible.
“Roble de Mughna” De acuerdo con el Leabhar Gabhála (Libro de las Invasiones), era el árbol sagrado más antiguo de Irlanda.
El pueblo donde está ubicado alcanzaría más
progreso, el país gozaría por fin la fama más ansiada: la de la paz y la unión
entre todas las naciones.Las personas
llegarían a la conclusión de que para poder disfrutar de otros lugares es
necesario lograr antes la paz interna, la comprensión de las relaciones humanas
y el respeto por nuestro planeta.
Obviamente, siendo el único Roble del mundo, habría que
establecer normas para que nadie lo dañase. Difícil es poder visualizar su cumplimiento
pero el saber que “mi Roble” les daría ese
entendimiento final que se necesita para cambiar, o mejorar, bastaría para que
todos estuviesen dispuestos a lograrlo.Se despertaría tanta solidaridad que se podría estar seguro de su éxito.
Estesería un último regalo de
la tierra a todo aquel que deseara aprender más de ella.
Estoy segura que con la sabiduría que han dado los
años a mi noble y fuerte amigo, mi confidente más apreciado, lograría enseñar al mundo cómo sembrar,
cuidar y preservar no solo otros Robles sino a la vida y por ende al amor.
Las normas para la visita al último R o b l e sobre la tierra serán publicadas próximamente.